Domingo de Ramos

Domingo de Ramos

Encuentro

Momento del encuentro de La Soledad y el Nazareno

La procesión del Encuentro data previsiblemente de los años 40 y debió llegar hasta los años 60, según el libro “La Soledad, más de 50 años de historia (1942-2000)” que se publicó en el año 2000. La procesión del Encuentro se retomó en el año 1996 y actualmente se sigue manteniendo con ese espíritu y recorrido. Previsiblemente se debió de dejar de hacer al cambiar de parroquia la hermandad de los nazarenos, ya que estaban en la iglesia de san Miguel y pasaron a la de la Merced. Además de la procesión, los Hermanos Franciscanos, junto con la Hermandad de Jesús Nazareno y la Cofradía de la Virgen de la Soledad realizan el Vía Crucis en las estaciones que comienzan al pie del cementerio de la ciudad.

La belleza de esta procesión viene avalada no solo porque cada año tiene más visitantes, además se producen estampas de singular belleza, que ofrecen una excepcional panorámica de la ciudad de Teruel y a veces, como telón de fondo, con el pico de Javalambre nevado. Es ahí donde los protagonistas, la Madre y el Hijo, ascienden lentamente camino a la última estación del Vía Crucis, la de la Resurrección.

La salida de la Virgen de la iglesia de las Claras se produce a las 15,30 horas del Domingo de Ramos y resulta ser un momento entrañable cuando los peaneros levantan la peana desde el suelo, ya que está al lado del altar presidiendo con su hijo el triduo de la cofradía de la semana anterior, al ritmo que marcan las monjas clarisas con sus gozos. Se apartan los bancos de la Iglesia, para que la Virgen en su lento caminar salga al encuentro de su Hijo escoltada por la banda de tambores que la esperan a la puerta de la iglesia.

Después de procesionar por las callejuelas del centro de Teruel, con riesgo en algún tramo de las mismas, debido a su estrechez y al cableado eléctrico que obliga a pasar a ras de suelo para no dañar la imagen, se baja por la calle san Miguel hacia San Nicolás al Encuentro con el Cristo Nazareno en el Arquillo.

La Virgen con la Torre de San Martin de fondo

Subida al cementerio

Nazareno, Soledad y Hermanos Franciscanos en el Vía Crucis

En este momento, cuando se produce el Encuentro entre la Madre y el Hijo, al son de tambores y cornetas de ambas bandas (los nazarenos y la Soledad) se producen las reverencias de la Madre al Hijo en señal de duelo por su incipiente Vía Crucis, los pétalos de rosa que desde encima del Arquillo se lanzan provocan otra estampa preciosa de la Semana Santa Turolense (esta tradición que data de 1996 y comenzaron a realizarla Fernando Catalán y José Herrero con otros hermanos nazarenos).

Posteriormente y en ordenada procesión, las formaciones de miembros de la Soledad y nazarenos, mezclados, suben las imágenes con los hermanos franciscanos rezando el Vía Crucis hasta el cementerio. Una vez terminado y con unas palabras del Excmo. Rvdmo. Sr. Obispo, se hace un pequeño descanso y se vuelve a bajar por la carretera de Alcañiz, Puente de la Reina, la calle del Tozal, plaza del Torico hasta la iglesia de san Martín. Después de dejar las imágenes, se realiza una merienda (cada año la prepara una de las dos cofradías) de hermandad entre nazarenos y miembros de la Soledad, dando por concluida la jornada.